El mundo sufre hoy, por un lado, quiere olvidar a Dios; pero por otro, lo busca ansiosamente. A través de la belleza, el hombre siente la cercanía de Dios. Por eso se construye este proyecto; alejado de la ciudad, busca a través de la belleza de la naturaleza y de una construcción armoniosa, acercar a quienes asisten a la contemplación del Creador y Padre. Esta casa es una forma de evangelización. Es un signo del amor generoso de Dios. Es un servicio que queremos prestar a nuestra Iglesia. La primera piedra se colocó en mayo del 2014 y la casa abrió sus puertas en 2016.
Ya el primer módulo está construido y en funcionamiento, puede albergar dos convivencias simultáneas, pues cuenta con dos salones de catequesis. Cada habitación cuenta con baño privado y aire acondicionado Hay habitaciones para 2, 3 y 5 personas. Por ahora, la capacidad máxima de la casa es de 120 personas.